Por:
Nelson Hurtado Obando.
Twitter: @abogadohurtado
1.
FUSIÓN
UNE: de lo correcto, a lo políticamente correcto.
Muchas
lecciones le quedan a los CIUDADANOS, tras la aprobación del proyecto de
acuerdo 106, sobre la fusión de UNE.
La
primera, que en términos de ruptura, desde las postulaciones de G. Bachelard,
Chomsky, Weber, Beck, Popper, con gran precisión permite visibilizar la abrupta
separación en los términos de la relación elector – elegido, hasta tal punto
que es innegable que la CIUDADANÍA y los CIUDADANOS, carecen de todo peso
específico, frente a “sus dirigentes” e incluso, frente a la misma
institucionalidad, en términos de participación democrática, efectiva y eficaz
y en términos de interés general, utilidad pública o interés social, bien
común.
Un segundo
elemento, es la caracterización de la incertidumbre, como el dominio de la
sociedad actual. No hubo una sola intervención de los concejales, que en
términos de racionalidad, no estuviera presidida por los factores de temor,
miedo, riesgo, peligro, incertidumbre, tanto en quienes argumentaban la
aprobación, como la negación. Argumentos de parte y parte, unos más coherentes
que otros desde la lógica formal y otros sí, pura cháchara, en boca de algunos
concejales, que francamente, dan pena ajena y ante la existencia de un “burro
amarrado”, frente al cual y supuestamente algunos concejales manifestaron, no
tener reversa.
Un tercer
elemento, es la presencia de la e-ciudadanía
en las redes sociales. Este debate de UNE, me fortalece mucho más en mi
apreciación, de que las TIC, no son más que las Tecnologías para la Indefensión y el Cautiverio Ciudadano. (prefiero
las TAC, las Tecnologías para el Amor, el Aprendizaje y el Conocimiento.) En
las redes sociales se expresaron miles de argumentos, consistentes muchos de
ellos, vacuos otros, pasionales, emocionales, irreflexiones, insultos y
groserías. Al final de todo, quedó demostrado que el llamado e-poder
ciudadano, la e-participación ciudadana
democrática en el gobierno y dirección de los asuntos públicos, la inclusión y
la generación de oportunidades, ni se genera, ni se estimula, ni crece, ni
tiene significación en las redes sociales, en buen paisa, quedó demostrado que tiene más fuerza un purga´o, que los ciudadanos en las
redes, su poder de
direccionamiento, de generación de confianza, de hacerse oír y sentir, de
participación real en la toma de decisiones que afectan la gobernanza y el
manejo de los asuntos públicos, son una quimera.
Un cuarto
elemento, hace relación a la equivocidad de lo público, casi todos centraron su
rol, en la defensa del patrimonio público, muy pocos, atinaron a la defensa de
los intereses generales, del bien común, de la utilidad pública o el interés
social, fundados en la dignidad humana y la solidaridad, desde los mandatos de
la Constitución de nuestro Estado Social de Derecho, democrático, participativo,
en las concepciones de gasto público social e inversión social.
De esta
manera, el rol cumplido por los servidores públicos, -concejales- se centró en
la defensa del patrimonio público, en el contexto de lo económico-financiero,
con tangenciales referencias al marco jurídico y ausente de análisis desde la
axiología, la deontología y la teleología constitucional; es decir, fue
inexistente la reflexión holística.
Ostensible
el rol cumplido por los concejales, desde la categorización de hombre público,
político, a la que me referí en la parte (I), en la cual Max Weber, ampliamente
citado, nos permite un acercamiento hacia la concreción de políticos de
vocación y de profesión, entre las cuales, lleva las banderas el Dr. Guerra Hoyos,
donde se sintetiza su actuación en la reiteración de que sus intervenciones y
sus decisiones, en su rol de concejal, pueden ser impopulares, pero políticamente correctas, en tanto el pueblo ha sido sustituido por el mercado, la eficiencia, la competitividad y la “ciudad-marca”.
Pero
inusitada categoría de hombres públicos, aparecen en el escenario del concejo
de Medellín, en los que resalta su aprestamiento personal decidido, de
convicción íntima, desde sus experiencias personales y profesionales, que sin
duda alguna, podrían generar el bien común, hacia el cual evidencian su
tendencia de hombres públicos, pero que aún no son la respuesta a las
exigencias de los deberes funcionales; para mí, muy significante, la actitud
del concejal Miguel Quintero, pero no menos significantes los roles de los
concejales, Nicolás Duque, Jesús Aníbal Echeverry, Luis Bernardo Vélez, Juan
Felipe Campuzano, Ramón Acevedo, que son
como esos que llamamos hombres antorchas, estudiosos, comprometidos, serios,
responsables. También destacados algunos jóvenes concejales, en los cuales es
evidente la yunta que forman con el jefe político o con sus “directorios”, de
los cuales derivan su alimento especial, para su discurso de DEVOTOS, ampulosos
en fraseología, pero completamente por fuera de contexto, que realmente provocan, ¡pena ajena!, así el
presidente del concejo haya dicho que de uno de ellos, sus argumentos fueron
muy importantes; ese presidente, ¡sí que
amarra fácil un gato, con una sarta de chorizos!
- ¿Desmonte o depredación del Estado, de lo público?
Notoria la
improvisación, desde el afán visible del alcalde de presentar el proyecto de
acuerdo. Se puede verificar, que ese proyecto de acuerdo, es uno de aquellos,
que la Constitución, en su artículo 315, señala que sólo puede ser presentado a
consideración del concejo, a iniciativa privada del alcalde, en armonía con lo
dispuesto en la ley 136 y en el Acuerdo 45 de 2006.
Una
primera falencia, la observa uno, en el incumplimiento de la obligación de
motivación de los actos administrativos; al punto la SENTENCIA C-371/99, para mí es toral, en cuanto a la obligatoriedad de
motivación, en tanto motivar, no puede ser nada distinto a exponer las causas,
los motivos, las razones, los argumentos, los fundamentos fácticos y jurídicos,
que racional y razonadamente, justifican la adopción de una decisión en sede
administrativa. No hay lugar ninguno a la supuesta “confidencialidad”, sobre
la que hizo RESERVA (Inconstitucional e Ilegal), el experto fusionador Marc
Eichmann y que el concejo, se tragó sin digerir.
El
proyecto de acuerdo, presentado por el alcalde, genera muchos interrogantes: ¿es
un acto administrativo, general y abstracto o un acto particular o concreto?
¿Si es un acto particular y concreto, quien es el destinatario, titular de
derechos subjetivos? ¿Si es particular y concreto, la “fusión” es un derecho
subjetivo, radicado, sólo en Millicom? ¿Si es un acto general y abstracto, cómo
se garantizó el derecho de publicidad, cómo se garantizó el derecho a la
igualdad, cómo se garantizó el derecho de otros probables actores, no
destinatarios del proyecto de acuerdo, en el contexto de la función pública y
social de la economía? ¿En aspectos fundamentales, puede el presidente de UNE,
crear RESERVAS a la INFORMACIÓN PÚBLICA, bajo criterios de
"confidencialidad”? ¿Se somete el ordenamiento jurídico a la economía y
las finanzas, o es al contrario? ¿La fusión de UNE, está excluida de los
imperativos que establecen los artículos 259, 339 y ss., de la Constitución y
que desarrollan las leyes 131, 134, 136,152 de 1994? En el contexto del mercado
global de telecomunicaciones y en el contexto jurídico y desde criterios
objetivos, ¿qué es, que comporta el factor “cultura”, para haberle asignado a
MILLICON un porcentaje del 0,60%, por encima de TIGO, etc., para decidir a su
favor la fusión? ¿En qué fecha y en qué diarios se publicó el AVISO DE FUSIÓN,
que ordena el artículo 174 del C. de Comercio? ¿Conforme al artículo 174 del C.
de Comercio, cuáles son los ACTIVOS y los PASIVOS de MILLICOM? ¿Conocieron los
CONCEJALES de MEDELLÍN, el monto de los ACTIVOS y PASIVOS de MILLICOM? ¿Conocieron
los CONCEJALES de MEDELLÍN, cuál es la COMPOSICIÓN de los PASIVOS de MILLICOM? ¿Porqué,
si entre las RAZONES FUNDAMENTALES,
de tan urgente fusión era la de PARTICIPAR en la SUBASTA de 4G,
finalmente, UNE NO PARTICIPA en ella, si incluso el MINTIC mismo dijo a
PORTAFOLIO que: “Fusión de UNE y
Millicom retrasa subasta del 4G”? Se lee en la exposición de motivos del
proyecto de acuerdo 106/13, de fusión de UNE, que: “Hacia el futuro es importante prever que las nuevas asignaciones de
frecuencias para la prestación de servicios de comunicaciones móviles de 4G
puede traer nuevos agentes al mercado y en ese evento debe estudiarse el nuevo
entorno.” Si de antemano se sabía que UNE, no iba a participar en la
subasta 4G, ¿cuál fue el afán de aprobar
el proyecto de acuerdo 106 y entorpecer que se buscaran en el mercado global,
otras opciones distintas a MILLICOM?
Ya se anuncia, que en cinco años, estará disponible la tecnología 5G, convergente y con mucha más VELOCIDAD para la transferencia de voz, video, datos e imegen; es un escenario mediato, ¿Cómo y con quien será la próxima fusión de UNE? ¿Se analizó este escenario tecnológico en el concejo?
Ya se anuncia, que en cinco años, estará disponible la tecnología 5G, convergente y con mucha más VELOCIDAD para la transferencia de voz, video, datos e imegen; es un escenario mediato, ¿Cómo y con quien será la próxima fusión de UNE? ¿Se analizó este escenario tecnológico en el concejo?
MIRA(n)DA,
la cosa así, Señor Presidente del concejo, Echeverry Albarán, esa fraseología
del “músculo financiero”, la globalidad, la eficiencia, la competitividad, la
“inversión social”, los “2100 teléfonos públicos gratis” le hacen por lo menos
pensar a uno como ciudadano, que ese “músculo financiero”, padece de cáncer, que
hizo metástasis y que amenaza extenderse a otros “músculos financieros” del
municipio de Medellín, que corroen la gobernabilidad, la existencia en
coexistencia, la paz, como respeto al derecho ajeno y al ordenamiento jurídico;
“músculo financiero”, no
es más que aglomerar en una sociedad distinta: más ACTIVOS, pero también más
PASIVOS, con la permanencia de las mismas debilidades, oportunidades, fortalezas
y amenazas; no es limitarse a ser
criticón, ni pesimista, pero llevamos 12 años de “inversión social”, desde la
cual programas todos dirigidos a la internacionalización, a la competitividad, dizque
para generar oportunidades y hacer retroceder la pobreza y la exclusión social,
por lo menos se han rajado: clústers,
bilingüismo, matemáticas, lectura comprensiva, empleo, vivienda, (in)seguridad,
desescolaridad, etc., pero a pesar de ello, tenemos una “ciudad para mostrar”, desde el “innovador urbanismo social”, que en
otras latitudes y profundos arquitectos, denominan la “arquitectura espectáculo”, cuya finalidad no es otra que la
construcción de “ciudad-marca”;
igual se seguirá llevando el internet, hasta los hogares de los más humildes,
para fortalecer el “teletrabajo”, que contrariamente en el MUNDO, ya GRANDES
EMPRESAS han ABANDONADO, pero que aquí, generará “oportunidades”¿?, quizás
para los e-noviazgos y los e-matrimonios con extranjeros, en
los cuales parece que nuestras hermosas niñas y mujeres, las que abundan en los
barrios humildes y que conforman el verdadero jardín primaveral de la ciudad, cifrarán
su futuro con más calidad de vida. La competitividad, es un factor de la
productividad, que de suyo es excluyente, pues la misma se funda en las
variables de calidad y precio.
Diversas
voces en el concejo de Medellín, tras de la fusión de UNE, han soñado que la
ciudad dispondrá de un billón de pesos, para “inversión social”, a lo cual bien
vale la pena que los concejales mediten
desde la sentencia C- 151/95 que: “El objetivo de la inversión y el gasto
social en la Constitución no es aumentar la producción de determinados bienes
físicos -como si éstos fueran valiosos en sí mismos- sino mejorar el bienestar
general y satisfacer las necesidades de las personas, en especial de aquellos
sectores sociales discriminados, que por no haber tenido una equitativa
participación en los beneficios del desarrollo, presentan necesidades básicas
insatisfechas. Es obvio que una inversión para una escuela que no podrá tener
maestros o para un hospital que estará desprovisto de médicos es inútil e
ineficiente, puesto que no sirve para satisfacer las necesidades de educación y
de salud de la población del municipio respectivo. Por eso, en determinadas
circunstancias, constituye una mejor inversión en el bienestar de la población
que las autoridades gasten en el funcionamiento de las escuelas y los centros
de salud, en vez de efectuar nuevas construcciones en este campo. Por
consiguiente, interpretar de manera restrictiva el alcance del concepto de
inversión social, en el sentido de que sólo caben "inversiones en el
sentido económico financiero del término, puede provocar una proliferación de
obras físicas que, lejos de permitir una mejor satisfacción de las necesidades
básicas de la población, puede hacer inútil e irracional el gasto social."
Reitero, que si algo ha quedado en evidencia en el concejo de Medellín,
es que hay una contradicción profunda, pues aquellos que siendo “hombres
públicos de vocación y/o profesión”, formaron un aglomerado con los que
votaron por el “sí”, que a pesar de reiterar, desde la escasa perceptibilidad
de sus “intenciones”, la “defensa del patrimonio público, del bien público”, se
materializaron en una “mayoría”, que al contrario, en el contexto del cambio
global, los ubica entre aquellos que se oponen al cambio y más
críticamente, entre aquellos que aún no se han dado cuenta del cambio
(alguno habló del Estado empresario) y muy a pesar de lo políticamente correcto
de su actuación; los que votaron “no”, al menos, puede decirse que siguieron la
línea de los que van con el cambio, trazando una tenue línea
discursiva y comprensiva, desde la re significación del Estado, lo público,
el bien general, desde un horizonte holístico, en el que el Estado, no es
un componente, ni un actor pusilánime del mercado y menos ante las
voces de los claros principios, valores y fines del Estado Social de
Derecho, que advino con la Constitución de 1991, que como lo he repetido,
pausadamente se convierte en estado-apéndice o estado híbrido, a
cuya mesa principal, se sientan actores de las más disímiles pelambres,
extremos que dejan de rozarse, pero que concertadamente se juntan.
Por lo menos, es visible, un concejo de Medellín rendido, como
adoratrices del dios mercado y las finanzas, en un mundo global, donde a la par
que el Estado crea todas las condiciones para que los privados generen riqueza,
a su turno, estos no corresponden, en proporción con sus obligaciones
tributarias y mucho menos con la responsabilidad social empresarial, que en el
contexto les obliga.
Justamente podría decirse, que en el concejo de Medellín, hay un grupo
de concejales, que en materia de “movilidad y convergencia” conceptual,
están en la banda 7, (como CLARO S.A.), ejerciendo la posición dominante, por
tener más ”antenas” diseminadas en el territorio y otro grupo de concejales, como
incluidos en la banda 4, (4G LTE), que a pesar de estar en una “frecuencia”
baja, significan una innovación en la “movilidad y convergencia”
conceptual, pues mandan la “señal” más lejos y más nítida, requiriendo de menos
“antenas”, para cubrir el territorio, lo que es una ventaja o fortaleza,
desde la cual podrán participar en la más próxima subasta comicial, por
la adjudicación de sus “segmentos” en el “espectro político
electoral” de Medellín, pudiendo fusionarse, a fin de fortalecer su “músculo
cognoscitivo”, (en una ciudad que también tiene sus “Evo” y sus “Simón”), para
marcar la diferencia entre un Estado Social de Derecho y un Estado secuestrado,
por el mercado y las finanzas globales.
A futuro, (salvo que el aglomerado social, en que declinó la comunidad,
nuevamente opte por la coherencia, antes que por la cohesión social, lo que es
difícil desde el direccionamiento educativo para el hacer, tener y ser), en
el concejo de Medellín o en otras instancias, tomarán asiento los mismos
hombres públicos de vocación y/o profesión y sus séquitos; quizás, muchos de
los demás no vuelvan, (porque así es y así funciona y paga la “democracia”)
pero serán actores de reparto, protagonistas, de la Long Term Evolution en
Banda 4G, desde la plaza pública y por oposición a la “e-democracia, la e-ciudadanía, la e-participación, la e-inclusión, la
e-inversión social, la e-llenura”, de las barras, el livestream, las redes
sociales, el ipad, iphone, los medios y que signifiquen el proceso de re
significación de lo público, de lo comunitario, del bien común, desde el
rompimiento de todos los modernos “blackberry.” ¡Quizás, ahora y así,
comprendamos cuanto “pesa” una arroba (@)!
CODA 1: No
sabe uno que es más nocivo, al interés general, a la utilidad pública, al bien
común, si un egresado de la Escuela de Chicago o un “doctorado en ENRON.”
CODA 2: La subversión no es solamente la que hacen las fuerzas irregulares; la corrupción también es subversiva y no consiste solamente en la distracción de los bienes públicos, también lo es cuando se rompe el ordenamiento jurídico.
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