Por: Nelson Hurtado Obando.
No soy DE-VOTO, ni DEVOTO del Dr. Bernardo Alejandro
Guerra H., no comparto muchas de sus actuaciones públicas, nunca hemos estado
cerca personalmente y si acaso, hemos compartido un tuit.
Como muchos
ciudadanos de Medellín, he manifestado con todo respeto y civilidad, las mismas
preocupaciones que tienen mis prójimos
desde el estrato 1, hasta el estrato100, sólo con una diferencia, que he
intentado meterlas en el contexto de la
dignidad humana, (no en el de la “dignidad del espíritu humano” que sólo
permite solidaridades tardías), en los dictados de la eticidad del Derecho, en
los principios de la solidaridad humana y en los fines de la existencia en
coexistencia y en la inquebrantable convicción de que la política, debe ser uno
de los más altos y valiosos ejercicios de la racionalidad y la inteligencia
humana, en tanto es imaginación y asombro, indeclinablemente dirigida a servir
a esa “otredad”, sin la cual, no somos, pero nada y no para ser servidos,
ni servirnos de ella. Por eso en épocas ya pretéritas, era tan honroso
ser empleado público y aún con míseros salarios, pagados impuntualmente, porque a pesar de ello,
la mejor paga era el reconocimiento de
nuestros conciudadanos, con un saludo de
“señor alcalde, señor juez, honorable concejal…”
Escuché esta mañana (29.04.13) la intervención
del “H.” Concejal Bernardo A. Guerra H, en el concejo de Medellín. Y
debo decir, que esa “H” que le he
antepuesto en negrilla a Concejal Bernardo A. Guerra H., para mí, primeramente
es una “H” de humano, siente uno el dolor de su tragedia, pero cuando uno le
escucha dirigir agradecido y profundo un gracias a Dios, ante semejante
desventura y agradecer a sus semejantes, la solidaridad, no puede dudar uno
jamás, que en su ser y a pesar de sus errores, sus equivocaciones, sus
defectos, sus “pinches”, su mal carácter y todo lo demás que tirios y troyanos
quieran decir, tiene en su corazón fe y bondad. Es un hombre bueno o al menos
con un 99.999% de tendencia a la bondad.
No profirió agravio alguno contra su
victimario, no alzó en justicia por propia mano y a pesar de las
dificultades, cree en la institucionalidad judicial. Eso es civilidad, eso es
cordura, es reciedumbre.
Pero además, esa “H”,
es de hombre y no de cualquier hombre; es de hombre público y esta mañana en el sagrado recinto del concejo,
foro natural de la democracia, el
concejal Guerra, puso en alto la luz y no dejó duda, que es un hombre público
de VOCACIÓN, no de PROFESIÓN, reafirmando que su destino es la política, como
arte o ciencia de servir a los demás, de
servir a los más caros y nobles ideales e intereses del común, desde la misión
que nos señala que servir a los demás,
es servirnos a nosotros mismos, por aquello que nos dice que: “todo lo que va,
viene.” Pero, esa “H”, también es de
Honrado, de Héroe y sobre todo de HONORABLE.
Guerra Hoyos, Señores Concejales, esta mañana, no sólo
para Medellín, sino para toda Colombia, les ha enseñado Señores Concejales,
desde el COMPROMISO VITAL y que quizás muchos jamás lleguen a entender, que esa
“H.”, es, debe seguir siendo y nunca
debió dejar de ser, la “H.” de HONORABLE
CONCEJAL.
Cada corporado, tiene pues la alternativa de tener el
nomen, como legítimamente el pueblo, la comunidad, los semejantes, le nombren y
apelliden; es cuestión de mera decencia y de mucha bondad. Ahí tienen “pa´que
cojan ese trompo en l´uña”
Poquitica es la lección que ha dado, de humanidad, de
POLÍTICA, de hombría, de heroísmo, de honor, de honorabilidad, de honestidad,
de coherencia, de transparencia (y no de feria precisamente), de hidalguía, de
civilidad, de VOCACIÓN; cuántos deben haber perdido sus “colores”, porque la
muenda de hoy, los dejó lívidos,
inodoros, insípidos e insonoros!
Qué horror, una sociedad que sólo reclama derechos,
pero nunca cumple sus deberes.
Es más que en la barbarie, una sociedad que ni
pretende, ni tiende al bien común.
Es salvaje, una sociedad, que siente desprecio por su
Patria, por sus instituciones, por la justicia, por el Derecho, por sus
semejantes.
Demoledoras han sido las columnas en el periódico EL
MUNDO de Medellín del Dr Guillermo Maya Muñoz, especialmente la de hoy 29.04.13
y la que circula en internet del Dr. Carlos G. Alvarez, ex miembro de junta de
EPM, y otras de muchos ACADÉMICOS (así
les duela a algunos políticos, de pacotilla), porque la advertencia es clara:
MILLICON, luego vendrá por EPM, conforme al libreto que se trazó desde 2004,
como lo he referido en anterior columna, sólo que cuando regrese por EPM, también
se llevará la cría el SERVICIO DE ASEO. Tres grandes industrias hay en el mundo
moderno: comunicaciones, farmacéutica y BASURA, hoy hasta los más encopetados,
quieren tener una planta de reciclaje, a través de la cual le arrebatan hasta
el sobrado de pan que en ella encontraban los miserables. Quien no quiera
creer, visite la 70 pa´que vean la industria de la aguamasa!
Conforme a esos estudios, se llega a la conclusión
que MILLICON, no es MILLICON, pues el
72% de los activos de MILLICON, “…pertenece a los acreedores (bancos, tenedores
de bonos y “otros” sin identificar…” (Dr. Carlos Guillermo Alvarez H, Ex
miembro Junta Directiva de EPM), quien advierte sobre la subsiguiente
“descapitalización de Epm.”
El Dr. Guerra, de otro modo, con sus angustiosos
llamados a la Contraloría y a la Personería, a cuyo titular le ha pedido que
“se ponga y se amarre los pantalones”, no ha hecho sino hacer suyas las voces de los IGNORADOS de la CIUDAD, sus
CIUDADANOS, que no sólo frente al tema de UNE-MILLICON, le pedimos a su
Gobierno local, que sus decisiones las ajuste a la CONSTITUCIÓN y a la LEY,
pues no son infundados los motivos que a muchos nos ha llevado a acudir ante
los Jueces y Tribunales, en defensa del ordenamiento jurídico, del patrimonio
público y de nuestros propios derechos subjetivos como administrados, en los
eventos del puente de la 4 sur, las vigencias futuras para pagar obras ya
ejecutadas de vigencias pasadas y las ostensibles violaciones a la
Constitución, la ley y los Acuerdos, descritos y detallados respecto del Plan
de Obras Públicas Viales por Valorización en El Poblado, frente al cual muchos
concejales, tienen la oportunidad de reflexionar. Como nos reafirmamos, en
decir que entre lo de Bogotá y lo de Medellín,
poca es la diferencia.
Quiero ver a la JOVEN POLÍTICA de Medellín. Me alegra
igualmente por el H. Concejal Jesús Aníbal y por Luis Bernardo, al menos éste último ya creo que leyó a Vargas
Llosa, al menos ya sabe que técnicos y
“…expertos son hombres sin ideas y sin ideales…piezas de un engranaje” y por
supuesto que entendió el mensaje de la ONU de acabar la “Tiranía de los Promedios”,
con lo cual espero, haya comprendido, lo que son los “Indicadores de producto,
los indicadores de resultado” y que con Shaw CONOZCA que: “La estadística (y
contabilidad agrego yo), es la ciencia que me permite demostrar que, si mi vecino tiene dos coches, y yo, ninguno,
los dos tenemos de a uno” o que si como hizo el Dr. Guerra, al “torturar un poco las estadísticas y la
contabilidad, ellas, finalmente cantan porque cantan.”
Desde el Derecho y la Justicia, lo que pasa en
Medellín, sólo se diferencia de lo que pasa en Venezuela, porque aquí hay
ciertos “refinamientos”, desde los que la tal alianza AMA, más podría
significar: “…” y que es verdad que: “aquí no se pierde un peso”. Estamos en la
decadencia de la democracia que quedaba, de la civilidad, de la justicia que
era el último bastión de la democracia, pues vemos el ejecutivo, la
administración pública, más parece dirigida por combos administrativos, por
profesionales de la politiquería y la burocracia, antes que por servidores
públicos de VOCACIÓN. La anarquía y el caos, nacen así, desde adentro. Los
ciudadanos, como seres humanos, no somos medios, sino fines en sí, por más que
sea cantinflescamente sonora la falacia de que ahora: “ Serán los medios los
que justifiquen el fin”. Somos una ciudad, no habitada, sino ocupada por seres
humanos, no libres de la necesidad y no libres del temor.
HONORABLE CONCEJAL, Dr. Guerra sigo siendo de Ud., NO
DE-VOTO, pero…sí conciudadano con admiración y respeto. Igual mi solidaridad
con los demás concejales, porque no saben en el zarzal en que los han metido.
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